Escondem o céu e disfarçam as nuvens
altíssimas árvores com centenas de anos.
Há nuvens e céu, mas de folhas gratuitas
e pássaros isentos de desenganos
A meio o ar, verde e imóvel,
Que nenhum vento perturbou,
mas um ar jovem, puro, virgem,
que a chuva (ou o tempo infinito) lavou.
E, em baixo adormecida, uma lagoa verde,
sereia fugida do mar e do mundo,
com translúcidos seios amamenta
de água fria os peixes e as pedras do fundo,
e estende os longos braços, dois ribeiros
que afagam e bichos da mata,
e tem a cabeleira de espuma alva e crespa
pousada na montanha, a fingir de cascata.
Aqui valia a pena a eternidade,
Sem passado ou futuro, atento ou inerme.
Árvores, pedras, ar e água,
Peixes e pássaros anónimos,
- tudo isto irá sobreviver-me…
e há que beber depressa este verde silêncio!
O rumor de água e de aves é mentira:
em Irabera há só a sereia que dorme
e sonha e se espreguiça e de leve respira.
in Memória de Timor-Leste, Leonel Neves, 1996
sábado
segunda-feira
DRY-MARTINI
…
De véspera colocam-se dentro do frigorífico todos os elementos necessários à preparação do cocktail: os copos, o gim e o batedor.
Utiliza-se um termómetro que permita verificar se o gelo está a uma temperatura de cerca de 20 graus abaixo de zero.
Depois, sobre o gelo duro deita-se umas gotas de Noilly-Prat (vermute) e uma meia colher de café de angustura. Agita-se tudo e esvazia-se o batedor. Só se deixa o gelo que ficou com um ligeiro vestígio dos dois perfumes e, sobre ele, verte-se o gim puro. Agita-se um pouco e serve-se. É tudo, mas não há nada melhor.
…
in O meu último suspiro de Luís Buñel
De véspera colocam-se dentro do frigorífico todos os elementos necessários à preparação do cocktail: os copos, o gim e o batedor.
Utiliza-se um termómetro que permita verificar se o gelo está a uma temperatura de cerca de 20 graus abaixo de zero.
Depois, sobre o gelo duro deita-se umas gotas de Noilly-Prat (vermute) e uma meia colher de café de angustura. Agita-se tudo e esvazia-se o batedor. Só se deixa o gelo que ficou com um ligeiro vestígio dos dois perfumes e, sobre ele, verte-se o gim puro. Agita-se um pouco e serve-se. É tudo, mas não há nada melhor.
…
in O meu último suspiro de Luís Buñel
domingo
PEDIDO DE EMPREGO
Há pessoas que fazem fortuna, outras depressões, outras filhos. Há as que fazem humor, há as que fazem amor e as que fazem dó.
Há muito que procuro fazer qualquer coisa! Não há nada a fazer: não há nada a fazer.
Jaques Rigaut (1889-1929)
Há muito que procuro fazer qualquer coisa! Não há nada a fazer: não há nada a fazer.
Jaques Rigaut (1889-1929)
Para que se saiba
Reflexiones sobre el bombardeo
Noam Chomsky - 14 de Setembro de 2001
Los ataques terroristas constituyeron atrocidades de gran escala. En proporción, puede que no alcanzaron el nivel de muchos otros, por ejemplo, el bombardeo de Clinton a Sudán sin pretexto creíble, que destruyó la mitad de sus provisiones farmacéuticas y mató a una cantidad desconocida de gente (nadie sabe, porque Estados Unidos obstaculizó una investigación en la Organización de Naciones Unidas y a nadie le preocupó darle seguimiento). Sin hablar de casos mucho más graves, que fácilmente vienen a la mente. Pero que fue un crimen horrendo, no cabe duda.
Las principales víctimas, como siempre, fueron trabajadores: conserjes, secretarias, bomberos, etc. Es probable que a la postre se traduzca en un golpe contundente contra los palestinos y otros pueblos pobres y oprimidos. También es probable que conlleve a severos controles de seguridad, con muchas ramificaciones eventuales que podrían socavar las libertades civiles y la libertad interna.
Los acontecimientos revelan, dramáticamente, la necedad del proyecto de "defensa anti-misiles". Como ha sido obvio desde el inicio, y señalado reiteradamente por analistas de estrategia, si alguien quiere causar un daño inmenso a Estados Unidos, incluso con armas de destrucción masiva, es altamente improbable que lance un ataque con misiles, pues ello garantizaría su destrucción inmediata. Existen innumerables maneras más fáciles, que básicamente son imparables. Pero los acontecimientos de ahora serán, muy probablemente, explotados a fin de incrementar las presiones para desarrollar e implementar tales sistemas. La "defensa" es una cortina de humo para cubrir los planes de militarización del espacio, y con un buen trabajo de relaciones públicas, incluso los argumentos más flojos tendrán cierto peso ante un público atemorizado.
En suma, este crimen es un obsequio para la extrema derecha patriotera, aquella que anhela utilizar la fuerza para controlar sus dominios. Y ello, incluso sin tomar en cuenta las probables acciones estadounidenses y lo que éstas desatarán -posiblemente más ataques como éste, o peor-. Hacia delante, las perspectivas son mucho más siniestras de lo que aparentaban antes de las últimas atrocidades.
En lo que concierne a cómo reaccionar, tenemos opciones. Podemos expresar un justificado horror; podemos tratar de entender lo que pudo haber conllevado a estos crímenes, lo cual significa hacer un esfuerzo para penetrar la mente de los probables responsables. Si escogemos este último camino, creo que lo mejor que podemos hacer es escuchar las palabras de Robert Fisk, cuyo conocimiento y claridad en los asuntos de la región son inigualables, después de muchos años de un periodismo distinguido.
Al describir "la perversidad y pasmosa crueldad de un pueblo aplastado y humillado", señala que "ésta no es la guerra de la democracia contra el terror, en la cual se incitará al mundo a creer en los próximos días. También tiene que ver con los misiles norteamericanos estrellados en los domicilios palestinos, y los misiles lanzados desde helicópteros norteamericanos contra una ambulancia libanesa en 1996 y los proyectiles norteamericanos arrojados sobre un pueblo llamado Qana, y con una milicia libanesa -pagada y uniformada por el aliado de Estados Unidos, Israel-, que se abrió paso en los campos de refugiados mediante cuchillazos, violaciones y asesinatos". Y mucho más. De nuevo, tenemos opciones:
podemos intentar comprender, o negarnos a hacerlo, en cuyo caso, se contribuiría a la probabilidad de que lo peor está por venir.
Noam Chomsky - 14 de Setembro de 2001
Los ataques terroristas constituyeron atrocidades de gran escala. En proporción, puede que no alcanzaron el nivel de muchos otros, por ejemplo, el bombardeo de Clinton a Sudán sin pretexto creíble, que destruyó la mitad de sus provisiones farmacéuticas y mató a una cantidad desconocida de gente (nadie sabe, porque Estados Unidos obstaculizó una investigación en la Organización de Naciones Unidas y a nadie le preocupó darle seguimiento). Sin hablar de casos mucho más graves, que fácilmente vienen a la mente. Pero que fue un crimen horrendo, no cabe duda.
Las principales víctimas, como siempre, fueron trabajadores: conserjes, secretarias, bomberos, etc. Es probable que a la postre se traduzca en un golpe contundente contra los palestinos y otros pueblos pobres y oprimidos. También es probable que conlleve a severos controles de seguridad, con muchas ramificaciones eventuales que podrían socavar las libertades civiles y la libertad interna.
Los acontecimientos revelan, dramáticamente, la necedad del proyecto de "defensa anti-misiles". Como ha sido obvio desde el inicio, y señalado reiteradamente por analistas de estrategia, si alguien quiere causar un daño inmenso a Estados Unidos, incluso con armas de destrucción masiva, es altamente improbable que lance un ataque con misiles, pues ello garantizaría su destrucción inmediata. Existen innumerables maneras más fáciles, que básicamente son imparables. Pero los acontecimientos de ahora serán, muy probablemente, explotados a fin de incrementar las presiones para desarrollar e implementar tales sistemas. La "defensa" es una cortina de humo para cubrir los planes de militarización del espacio, y con un buen trabajo de relaciones públicas, incluso los argumentos más flojos tendrán cierto peso ante un público atemorizado.
En suma, este crimen es un obsequio para la extrema derecha patriotera, aquella que anhela utilizar la fuerza para controlar sus dominios. Y ello, incluso sin tomar en cuenta las probables acciones estadounidenses y lo que éstas desatarán -posiblemente más ataques como éste, o peor-. Hacia delante, las perspectivas son mucho más siniestras de lo que aparentaban antes de las últimas atrocidades.
En lo que concierne a cómo reaccionar, tenemos opciones. Podemos expresar un justificado horror; podemos tratar de entender lo que pudo haber conllevado a estos crímenes, lo cual significa hacer un esfuerzo para penetrar la mente de los probables responsables. Si escogemos este último camino, creo que lo mejor que podemos hacer es escuchar las palabras de Robert Fisk, cuyo conocimiento y claridad en los asuntos de la región son inigualables, después de muchos años de un periodismo distinguido.
Al describir "la perversidad y pasmosa crueldad de un pueblo aplastado y humillado", señala que "ésta no es la guerra de la democracia contra el terror, en la cual se incitará al mundo a creer en los próximos días. También tiene que ver con los misiles norteamericanos estrellados en los domicilios palestinos, y los misiles lanzados desde helicópteros norteamericanos contra una ambulancia libanesa en 1996 y los proyectiles norteamericanos arrojados sobre un pueblo llamado Qana, y con una milicia libanesa -pagada y uniformada por el aliado de Estados Unidos, Israel-, que se abrió paso en los campos de refugiados mediante cuchillazos, violaciones y asesinatos". Y mucho más. De nuevo, tenemos opciones:
podemos intentar comprender, o negarnos a hacerlo, en cuyo caso, se contribuiría a la probabilidad de que lo peor está por venir.
Couscous
Ingredientes: Carne de borrego, cebolas, alhos e cenouras, nabos, tomate, couve branca, curgetes, pimentos, grão cozido, azeite e sêmola.
Condimentos: Coentros em pó (1), cominhos em pó (1/2), gengibre amarelo em pó (1/2), gengibre em pó (1/2), colorau (1/2).
Preparação: Coze-se a carne que se mistura depois com as cebolas, os alhos e os condimentos (excepto o colorau) – deixa-se ferver deitando-se água. Na 2ª cozedura deitam-se os legumes todos e o colorau. Antes de se servir pode-se juntar um pouco de hotelã.
Preparação da sêmola: Junta-se água fria e sal até inchar. Depois, coze ao vapor sobre o tacho durante ¼ de hora.
Nota: Serve-se com vinho tinto, chá de menta ou mesmo água. E como picante usa-se a harissa ou na falta desta o piripiri.
sexta-feira
O GATO MORTO-VIVO
O Miguel e o seu cão, o Buggy, foram brincar para o parque onde estava um gato que odiava cães. O gato quando viu o Buggy escondeu-se atrás de uma árvore e preparou-se para o atacar com as suas garras afiadas. O gato esperou até o Buggy estar muito próximo da árvore e saltou.
O Buggy que era muito ágil desviou-se e o gato chocou contra o Miguel. Este ficou zangado e atirou-lhe uma sapatada: Pimba!
O gato ficou a ver estrelas e passarinhos. Toda a gente sabe como os gatos gostam de passarinhos… Ora como o gato os via dançar à roda da cabeça, resolveu comer um. E com a pata tentou acertar num deles, mas só conseguiu bater na cabeça: Miau!
Insistiu e bateu outra vez na cabeça: Miau! Quanto mais batia na cabeça, mais zonzo ficava, mais miaus dava, mais passarinhos via e pensava: Agora é impossível falhar, estou envolto numa nuvem de passarinhos. Pás – outra grande patada na cabeça e um grande Miau! O gato não parava: Pás… Miau… Pás… Miau… Pás… Miau…
O Miguel percebeu que o gato estava a ver passarinhos. Apontou a sua espingarda e ordenou ao Buggy: Busca! Busca!
O Buggy ladrou na direcção do gato: Béu, béu, béu!
O gato pensou: Os caçadores vão disparar contra os passarinhos e, como estou no meio deles, vou morrer…
O Miguel disparou: Pum!
O gato desmaiou: Tau!
O Miguel olhou admirado para o cano da espingarda e, depois, para o gato que jazia de costas na relva do jardim.
Uma velhinha vendo a cena começou a gritar: Este miúdo tem uma espingarda verdadeira e matou um gato! Socorro! Socorro! Polícia!
A velha gritava cada vez mais alto: Socorro! Polícia!
As pessoas que estavam no parque ficaram bastante inquietas. O Miguel e o Buggy ainda mais atrapalhados ficaram. E, quando o gato se levantou, os três assustadíssimos berraram:
- MIAU!
- SAIAM DA FRENTE!
- BÉU, BÉU, BÉU!
Um miúdo que estava muito perto deles gritou: UM GATO MORTO-VIVO!
Todos fugiram esbaforidos e o parque ficou vazio.
Jonas & Duda
O Buggy que era muito ágil desviou-se e o gato chocou contra o Miguel. Este ficou zangado e atirou-lhe uma sapatada: Pimba!
O gato ficou a ver estrelas e passarinhos. Toda a gente sabe como os gatos gostam de passarinhos… Ora como o gato os via dançar à roda da cabeça, resolveu comer um. E com a pata tentou acertar num deles, mas só conseguiu bater na cabeça: Miau!
Insistiu e bateu outra vez na cabeça: Miau! Quanto mais batia na cabeça, mais zonzo ficava, mais miaus dava, mais passarinhos via e pensava: Agora é impossível falhar, estou envolto numa nuvem de passarinhos. Pás – outra grande patada na cabeça e um grande Miau! O gato não parava: Pás… Miau… Pás… Miau… Pás… Miau…
O Miguel percebeu que o gato estava a ver passarinhos. Apontou a sua espingarda e ordenou ao Buggy: Busca! Busca!
O Buggy ladrou na direcção do gato: Béu, béu, béu!
O gato pensou: Os caçadores vão disparar contra os passarinhos e, como estou no meio deles, vou morrer…
O Miguel disparou: Pum!
O gato desmaiou: Tau!
O Miguel olhou admirado para o cano da espingarda e, depois, para o gato que jazia de costas na relva do jardim.
Uma velhinha vendo a cena começou a gritar: Este miúdo tem uma espingarda verdadeira e matou um gato! Socorro! Socorro! Polícia!
A velha gritava cada vez mais alto: Socorro! Polícia!
As pessoas que estavam no parque ficaram bastante inquietas. O Miguel e o Buggy ainda mais atrapalhados ficaram. E, quando o gato se levantou, os três assustadíssimos berraram:
- MIAU!
- SAIAM DA FRENTE!
- BÉU, BÉU, BÉU!
Um miúdo que estava muito perto deles gritou: UM GATO MORTO-VIVO!
Todos fugiram esbaforidos e o parque ficou vazio.
Jonas & Duda
sábado
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